Pasolini por Pasolini 06 Mar 2022

Una estética exclusiva

Perfil cultura | Gianni Vattimo

 

Las novelas de Pasolini son interesantes pero no son obras maestras. En algún punto, esto desafía mi idea algo romántica de lo que define a “un gran artista”: alguien que se destaca en tal obra o disciplina. El intelectual Pasolini es algo no clasificable, incluso porque su vida no ha estado solamente limitada al hecho de producir obras de un tipo o de otro. Por eso, es difícil hablar de Pasolini en Italia o en Europa hoy. Tiene una condición que trasciende los límites. Cuando se piensa una estética de Pasolini, se piensa inmediatamente una estética que no se deja cerrar en términos estéticos. Es una estética exclusiva. Pasolini es alguien que se puede definir en términos estéticos en el sentido más literal de la palabra. ¿Qué es estético? Lo estético sería “lo bello”. Lo que tiene un valor estético frente a otros valores que no son valores estéticos, que no son la belleza, no son la armonía. Pasolini tiene una estética porque tiene, sobre todo, algunas obras que son clásicamente bellas: El Evangelio según San Mateo, de 1964, El Decamerón, de 1971, Los cuentos de Canterbury, de 1972, y también Las mil y una noches, de 1974. Pero existe un Pasolini estético, absolutamente puro. Es muy interesante porque marca una etapa fundamental de su propia vida de productor de arte, de productor de cine, de artista.

Antes de devenir director de cine con estos filmes estéticos, Pasolini era escritor. Escribió Chicos de la calle (1955), Una vida violenta (1959), entre otros, pero en algún momento descubrió la posibilidad de hacer filmes. Fue para él un momento de liberación estética. Como escritor no ganaba mucho dinero, pero cuando empezó a hacer cine empezó a ser un personaje que viajaba, que tenía medios, incluso económicos, que trabajaba con actores bellos. Yo creo que era como un pasaje de su vida en el cual se liberaba de los límites, como vivir en la periferia de Roma como maestro elemental o como instructor, profesor, etc. Su descubrimiento del cine, fue como descubrir un territorio en el cual podía comprometer su gusto estético. Porque Pasolini también era un gran conocedor de la pintura, como se ve en algunos filmes suyos donde las alusiones a la pintura italiana del pasado son fundamentales. 

Pero por algún motivo, el descubrimiento del cine fue también el descubrimiento de la vida por él mismo. Sus amigos principales, como Ninetto Davoli y los otros jóvenes que lo rodeaban, eran personas que trabajaban con él en el cine y esto fue como un cambio de condición existencial para él que lo liberó. Las dos películas que hemos nombrado, aparte del Evangelio, tienen el mismo carácter estéticamente perfecto, pero no estético en el sentido banal de la palabra, no es tanto un placer. Estas obras son como el fruto de una explosión de libertad. Se percibe como la liberación de una fantasía, una fantasía básicamente erótica. Simplemente con la libertad del eros de los cuerpos, la belleza de los cuerpos, los jóvenes.