Los libros sin tapas 31 Jul 2010

Los libros abiertos de Felisberto

El Litoral | Raúl Fedele

 

“Los libros sin tapas” recoge los primeros escritos de Felisberto Hernández, publicados precisamente como “folletos sin tapas” entre 1925 y 1931: “Fulano de tal”, “Libro sin tapas” (que manifiesta: “Este libro es sin tapas porque es abierto y libre: se puede escribir antes y después de él”), “La cara de Ana” y “La envenenada”, aparte de otros cuatro textos tempranos que incluye esta edición.

El incomparable Felisberto está ya todo aquí, en textos breves, algo más impresionistas quizás, pero desplegando ya todas sus maravillas: el narrador que describe rarezas sin dejar de ser siempre él el principal donador de rarezas; los objetos antropomorfizados y los humanos llevados a la dimensión de objetos; las imágenes y metáforas deslumbrantes; las anécdotas que se revierten sobre sí mismas (“relatos sin asunto”, les llama Jorge Monteleone en el prólogo); el idiolecto privado elevado a un rango de estilo.

En uno de los textos incluidos en estos libritos sin tapas, “El vapor”, el narrador espera el navío que lo aparte de una ciudad y cae de repente en “la impersonalidad”, y al describir sus sensaciones parece a la vez dictar su ars poetica. Esa impersonalidad -confiesa- consiste en que “todo el cuerpo se me hubiera salido por los ojos y se me hubiera vuelto como un aire muy liviano que estaba por encima de todas las cosas”. Esa impersonalidad es una de las dos angustias que atacan al narrador; la otra es “mucho más vieja, más cruel y por primera vez vi que era de una crueldad ridícula. Al principio de esta última angustia pensé que podía reaccionar como en la anterior: yo era fuerte, podía resistir todo y hasta podía realizar el poema de lo absurdo”. Los ojos, pues, se despegan y se echan a rodar solos, a mirar lo que se les ocurre y a descubrir toda la rareza del mundo: el registro visual, en efecto, es clave en Felisberto. Y después llega la otra angustia y la otra reacción: el humor, que se inclina hacia el cinismo y no pocas veces despliega una crueldad ridícula. Pero el narrador, si resiste (y si el texto está escrito es porque ha logrado resistir) completa el panorama de su testimonio en un absurdo que la poesía entroniza como razón del texto.

La edición que presenta El Cuenco de Plata (que recientemente publicó “Las Hortensias”, del mismo autor) adjunta un facsímil de “Fulano de tal”, el primer librito “sin tapa” de Felisberto Hernández.