India Song / La música 15 Jun 2005

Voces de una historia de amor

La Voz del Interior | Gustavo Pablos

 

Las dos piezas que componen este libro dan lugar, al menos, a dos lecturas. Una de ellas permite rastrear los temas y las preocupaciones que Marguerite Duras abordó en casi toda su obra: el encuentro y desencuentro amoroso, la evocación resignada del amor perdido –o signado por la imposibilidad–, y el malentendido que conduce a que la pasión por el otro se transforme en un conflicto de ribetes trágicos y difícil resolución. 

La otra lectura permite ver cómo algunos procedimientos y recursos del cine, el teatro y la literatura dialogaron en su vasta producción. Así lo demuestra el hecho de que sus historias descansan, básicamente, en la creación de climas, atmósferas y diálogos que esconden más de lo que revelan; una búsqueda impulsada, en gran medida, por el cine francés de los ‘60 y ‘70 (de la cual fue contemporánea y también contribuyó a crear), y que le permitió prolongar en la literatura ciertas cadencias y modalidades de aquel. 

India Song fue escrita en 1972 como obra de teatro por encargo, y dos años después se convertiría en película. La obra retoma personajes de una de sus principales novelas, El vicecónsul, pero el texto no es una adaptación teatral ni cinematográfica de la misma. 

Uno de los ejes es el personaje de Anne-Marie Stretter, mujer nacida en Venecia y que de muy joven se casa con un funcionario colonial. A este hombre la mujer le será arrebatada por un diplomático (20 años antes del suceso principal que se relata en India Song), quien con los años se convierte en embajador francés en la India. En este nuevo paisaje y atmósfera, la mujer desencadenará nuevas pasiones. 


La obra evoca dos días, como aclara la misma autora, de esa historia de amor que sucede en la India en la temporada del monzón de verano, pero lo más interesante es la forma elegida para narrarla. Cuatro voces presentan su visión de la historia, y en el resumen que Duras escribe y presenta como único texto válido para la representación de la obra, aclara: “Las VOCES no se dirigen al espectador o al lector. Tienen una autonomía total. Hablan entre ellas. No saben que son escuchadas. Las VOCES han conocido, han leído la historia de ese amor hace mucho tiempo. Unas la recuerdan mejor que otras. Pero ninguna la recuerda por completo, tampoco ninguna la olvidó del todo”. En esta trama de versiones y desplazamientos se cifra el valor de la pieza. 

La música presenta, como la anterior, una historia donde literatura, teatro y cine se encontraron y se alimentaron mutuamente. Primero escrita para la televisión, después pasó al libro, y de ahí surgió la obra teatral. Finalmente, otra versión, con variaciones, para el cine. 

Una pareja separada se encuentra para el juicio de divorcio, y mantiene un extenso diálogo en una pieza de hotel. Ya olvidados de las formas del amor, en el diálogo ambos descubren que, a pesar de todo, no saben muy bien qué sucedió, porqué fueron arrancados uno del otro. La conversación gira alrededor de ese enigma, de ese núcleo oscuro en el cual ninguno de los dos puede o quiere ingresar totalmente, pero del que tampoco saben alejarse para siempre