Después de una larga y sostenida reivindicación de su obra, que comenzó con la vuelta de la democracia pero que se aceleró en la última década, con la edición local de sus novelas y obras de teatro, e incluso la representación de su ópera Cachafaz, el público argentino seguía sin poder recuperar esa parte de Raúl Damonte Botana que más cercana le había sido: su faceta como humorista gráfico. La reedición, por primera vez en décadas, de Los pollos no tienen sillas, publicada en 1968 por Jorge Alvarez y ahora por El cuenco de plata, comienza el rescate del Copi dibujante que se dio a conocer en Tía Vicenta al lado de Mafalda. Como celebración y homenaje, Rep revisita a la señora sentada que hablaba con ese pobre pollo parado.