Una de las tantas particularidades de Las ratas (1943) es ser una novela que dialoga con sí misma. Cuando Delfín le pregunta a Julio, su hermanastro, qué opina de Cecilia, este responde: “Es un personaje sin consistencia”. Justamente, Cecilia parece estar puesta ahí sin ninguna intención, sin embargo, lo que Julio dice ingenuamente está muy cerca de ser la opinión del autor. Es José Bianco (1908 – 1986) metiendo la cola endiabladamente.

El armado de la novela es artesanal y sutil, su escritura, gélida y cristalina.

Un drama de tensiones morales dominado por la ambigüedad y el silencio, nos lleva a sospechar lo improbable, y a sumergirnos en su lectura para llegar al final tan rápido como podamos.

José Bianco fue jefe de redacción de la revista Sur durante 23 años, allí publicó por primera vez en 1941 Sombras suele vestir: (también incluida aquí) una historia de amor fantasmal provista de una trama algo más intrincada que Las ratas.

En ambas lecturas, somos llevados secretamente por pasillos y habitaciones oscuras, para luego ser arrinconados, precisamente como las ratas que celosamente colecciona Julio.