Camino de las pedrerías
Segundo libro de “relatos eróticos” de la autora, continúa y perfecciona la línea transgresora del relato inciada en Misales.
Amantes que son bichos, higos, hongos, cruces, un demonio que parece un tejido olvidado, zorros, hurones, diablos, cebras. Entre paisajes de matas, matorrales, arboledas, cuevas, siempre jardines estelares. Con sexos que son puñales, estambres, nardos, calas, hocicos rastreros con puntas de plata. Aquí, como en toda la poesía y la narrativa de Marosa Di Giorgio, las páginas están atravesadas por amores extraordinarios, en un panteísmo sexual que puebla el universo de estremecimientos y metamorfosis, de exaltaciones divinas y profanas, bodas de bella y bestia, diablo y santa.
Enrique Butti
El mundo de Marosa di Giorgio está todo hecho de transformaciones, de sorpresas, de pasajes fluidos entre lo humano y lo animal; oscila entre el cuento de hadas y la alucinación, y lo preside una imperturbable cortesía que no excluye la ironía o la crueldad. Sus "relatos eróticos" de la última época (que son realmente eróticos, con una exaltación de libertad que no suele tener la literatura erótica convencional) no difieren mucho de la poesía anterior; de hecho se diría que toda su obra confluye hacia el erotismo.
César Aira