Las películas de mi vida 15 Abr 2015

Truffaut periodista y crítico

Revista Noticias | Elvio Gandolfo

 

Cuando se publicó esta recopilación de artículos y ensayos en 1975 ya se podía elegir entre distintos “Truffauts”. Uno era parte de la “nouvelle vague” del cine, con J. L. Godard, Claude Chabrol o Eric Rohmer (y películas como “Los 400 golpes” y “Jules et Jim”). Otro había filmado títulos más blandos y agradables: “Besos robados” o “Domicilio conyugal”. Un tercero probó suerte con filmar fuera de Francia: “Fahrenheit 451”.

Rastros de esas identidades sucesivas aparecen en el prólogo, y provocan complejidad o problemas en las decenas de textos incluidos. En ellos Truffaut demuestra que es de los “cahieristas” (por la revista “Cahiers du cinéma”) menos teóricos o articuladamente críticos. En él se produce una alianza equilibrada entre la opinión y la fórmula breve, entre la comprensión profunda del cine en cuanto espectador, y cierto patoterismo que afectaba un poco el aporte innegable de la publicación entre los años ’50 y 70.

El prólogo es un repaso detallado y gozoso de una carrera “cinéfila” que comenzó en la infancia y nunca se detuvo. Al principio como espectador, después como crítico y al fin como director de cine. También hay aforismos: “Una película tonta pero intensa puede ser mejor que una película inteligente y débil”.

La presencia del cine norteamericano es constante, hasta cuando habla de cine francés. Allí aporta buenas lecturas o datos originales sobre Jean Vigo, Abel Gance, Jean Renoir (extenso perfil), Robert Bresson: y nombres hoy menos recordados: Jacques Becker, René Clement, Clouzot, Sacha Guitry (otro útil perfil). También están, desde luego, Hitchcock, Orson Welles, Roberto Rossellini, Nicholas Ray, o el nórdico Ingmar Bergman. Cuando habla de Buñuel, asombra que dedique demasiado espacio a contar una sola película.
Su puntería y dinamismo de periodista cultural brilla en los perfiles de Humphrey Bogart (“era el hombre del revólver al que sólo le queda una bala”) o el seductor James Dean: “Todas las tardes podría matar en la pantalla a su padre y a su madre con la bendición del público (…) tanto el más esnob como el popular”. Conviene tener el libro a mano ahora que se puede ver “online”, en DVD, o en Youtube casi todo el cine del pasado. O leerlo por mero placer.