La mujer sentada 17 Mar 2012

Cómo nació la mujer sentada

Perfil | Redacción

Mientras vendía esos dibujos, se relacionaba con el grupo Pánico, conformado por Alejandro Jodorovsky, Topor, Arrabal, Jérôme Savary, con los que participó en varios happenings.
En el Café de Flore, la esposa de Jean-Claude Fournet, director de Twenty, una revista underground, vio las acuarelas y quedó fascinada. Poco después propusieron a Copi un lugar en el semanario

 

Twenty cerró algunas semanas después, pero la participación en esta revista le valió formar parte de una colección llamada Bizarre, que consultó el director de la naciente revista Le Nouvel Observateur, Serge Laffaurie. El mismo ha contado el encuentro en un artículo en homenaje a Copi, publicado en Le Nouvel Observateur, al cumplirse los diez años de la muerte de Copi: “Alguien me había dicho, en las semanas de fiebre que precedieron, en el otoño de 1964, al nacimiento del Nouvel Observateur: ‘Nos hará falta una historieta, ocúpate de conseguirla’. Por facilidad, busqué en un número especial de la revista Bizarre que reunía, presentados por Jacques Stenberg y Jean-Pierre Castelneau, obras de cincuenta y siete dibujantes humorísticos. Entre ellos, un argentino de veinticuatro años, del que Bizarre publicaba dos historietas. En la primera, una mujer se disfrazaba de payaso frente a un espejo, primero entre carcajadas, después terminaba llorando. En el segundo, un caballo caminaba sobre una niña. El trazo era bastante torpe, el ritmo lento, el cierre incierto. Nada de que reír, en todo caso. 
Pero la poesía ya estaba allí: la malicia, la inocencia, la audacia, la tontería, el amor, el placer, la maldad, los sueños, la melancolía”.

“Convocamos a Copi: delgado, rostro soñador, sobre el que flotaba una sonrisa mitad tímida mitad irónica, ojos entrecerrados, manos sin saber dónde colocarse, gestos lentos, voz suave. Sí, intentaría hacer historias más cortas; sí, podía hacer una tira semanal.”

“Volvió una semana después con unos dibujos que representaban una mujer sentada, sentada siempre, que dialogaba con diferentes interlocutores: caracoles, su ex esposo muerto, su hija, un amante elefante, un amante rinoceronte y con una rata. La colaboración en Le Nouvel Observateur cambió la manera de dibujar de Copi. Antes, solía tomar dos o tres personajes y desarrollarlos durante muchas páginas sin una caída final ni una organización narrativa clara. En Le Nouvel Observateur se vio obligado a trabajar de otra manera. Disponía de una página y debía comenzar y terminar con una caída que cerrara y justificara el diálogo.”