San Foucault 18 Jun 2009

Todos somos “queer”

La Nación | Chile | Redacción

Acaba de editarse en Chile el famoso ensayo “San Foucault” (El cuenco de plata/Fondo de Cultura Económica), donde se analiza el aporte del intelectual francés en la politización del movimiento gay. O mejor dicho, “queer”. Porque según el autor, David Halperin, todos los perdedores y extraviados forman parte del concepto.

 

Michel Foucault murió de sida hace 25 años (exactamente el 25 de junio de 1984). Justo cuando Occidente, tras el mechoneo de los sesenta, volvía al pelo corto. "Gracias" a la parejita Thatcher-Reagan, las reivindicaciones de las minorías étnicas y sexuales fueron borradas de un plumazo de la agenda pública.

Este giro conservador y derechista enfureció al sociólogo estadounidense David Halperin. Especialista en feminismo y estudioso de la cultura gay, Halperin no podía entender cómo incluso sus colegas de izquierda ningunearan el pensamiento crítico de Foucault.

"(Aunque) seguían detestando el reaganismo, se resistían igualmente a las nuevas políticas de género, de la raza, de la etnicidad, de la sexualidad y de la subjetividad", declaró en el prefacio de "San Foucault" (El cuenco de plata/Fondo de Cultura Económica) que acaba de llegar a Chile. Y continúa: "El libro fue escrito contra ellos (los intelectuales). No tanto porque imaginara que iba a convencerlos, sino porque quería fastidiarlos al máximo (...). Los años ochenta fueron un momento en el que era necesario desplazarse constantemente hacia la izquierda si se quería permanecer fiel a lo que se era. Yo quería empujar a esa izquierda tradicional a sostener una política verdaderamente progresista".

"San Foucault" fue publicado originalmente en inglés en 1995. Sin embargo esta edición en español tiene el mismo triángulo rosado en la tapa. Se trata de la insignia usada por el grupo "Act Up New York", militantes en la lucha contra el sida, quienes invirtieron el distintivo que los nazis cosían en los uniformes de los presos gays en los campos de concentración. El guiño se completa con el subtítulo: "Para una hagiografía gay". El hagiógrafo, por cierto, era quien en el catolicismo antiguo escribía las vidas de los santos.

LOS RECHAZADOS

Lo interesante de "San Foucault" es que propone un nuevo estatus para el término "queer". En el sentido norteamericano quiere decir a la vez enfermo, raro, anormal, marica o puta, explica. Así, cualquier persona que no encaja dentro del colectivo social es un "queer". "Foucault se alineó toda la vida del lado de los parias. La política gay y lesbiana había dejado de aferrarse a la especificidad del deseo homosexual y se había anclado a una relación con todo lo que tenían en común aquellos que la sociedad mayoritariamente consideraba como "anormales", es decir, como queers: las minorías raciales y étnicas, los disidentes sexuales, las madres solteras, las familias no tradicionales, los seropositivos y los enfermos de sida, los prisioneros, los toxicómanos, los indocumentados".

Esta "resignificación de lo ‘queer’" es el motor de las 205 páginas, donde el autor postula a Foucault como un santo de los rechazados, despreciados y perdidos. Halpern es chistoso, sobretodo provocando a los homofóbicos (aunque es difícil que se interesen por el libro), pero sin perder de vista el análisis crítico. Recordemos que el texto fue escrito desde el derrumbe de la utopía izquierdista gringa.

Años coronados por redadas anti-gay, el odio declarado de la derecha religiosa y falta de representación política. Algo sorprendentemente parecido a la situación gay actual, sobre todo con la polémica del matrimonio homosexual.

El libro se divide en dos capítulos: "La política queer de Michel Foucault" y "La vida indescriptible de Michel Foucault". Y allí encontramos una actualización de la figura del intelectual francés más allá de su protagonismo en la radicalización izquierdista de las universidades francesas pos 1968, su aporte al pensamiento posmoderno o sus ensayos célebres como "Vigilar y castigar". En el primero se analizan textos periféricos, donde Foucault habla de sexualidad y el rol político. En el segundo se revisan y enfrentan sus biografías publicadas y, por lo tanto, su mito de intelectual de izquierda.