Un destino melodramático 17 Jul 2004

Literatura en escena

La Nación | Armando Capalbo

 

Gracias a la constancia investigativa de Graciela Goldchluk tenemos la posibilidad de recorrer una serie de materiales inéditos de Manuel Puig en los que una vez más el talento del escritor argentino refulge en la combinación de cine, relato y género. Un destino melodramático. Argumentos presenta una serie de textos en tránsito hacia otra materialidad, el teatro, el musical, el cine; proyectos donde la narrativa literaria cede parte de su terreno al espectáculo, aunque en la lectura casi todos pueden ser apreciados como cuentos, sin serlo.

El libro comienza con un brevísimo texto en el que una niña y su maestra discurren sobre el melodrama, un diálogo lleno de ironía en el que se oponen los conceptos de melodrama y drama, "especie de drama con recursos vulgares" y "obra de asunto serio". El que verdaderamente importa es el melodrama, ese relato en que el destino aciago golpea la suerte de la protagonista, por lo general una buena mujer, "aunque no santa". Todo el resto puede leerse en esta clave instalada en el primer texto, además de la infaltable exaltación de la imaginación hollywoodense.

"Pájaros en la cabeza" es un monólogo descartado de La traición de Rita Hayworth o más bien su preanuncio: en el intento de escribir un guión, a Puig se le desmadra la voz de un personaje, cuyo monólogo prefigura toda la novela y algunos de sus personajes. Doble tránsito, entonces, el de "Pájaros en la cabeza", hacia un guión y hacia una novela. La sección "Tramas mejicanas" incluye tres argumentos sobre el deseo y la muerte, encarnados por mujeres a la vez heroínas y víctimas. Amanda, de "Opium Tale", Manuela, de "El lugar sin límites" y Serena, en el relato homónimo. El único que prosperó en cine fue el posterior guión de El lugar sin límites, film de A. Ripstein sobre la novela de J. Donoso. "La saga de la mujer araña" es la sección más interesante del libro e incluye dos proyectos, uno para cine y otro para teatro musical, y un relato para ser incluido en la versión musical, "Escrito en las estrellas", narrado por el personaje Molina. Los tres textos dan cuenta de la condición inacabable de El beso de la mujer araña, un relato atravesado por distintos modos de concebir el melodrama y por la retroalimentación permanente de la literatura y el cine. En "Proyectos brasileños" conviven dos argumentos, "El amuleto de la buena suerte" y "Claudia Muzio", sobre la cantante de ópera que se suicidó durante el régimen de Mussolini.

Emparentado con Los ojos de Greta Garbo, Un destino melodramático no sólo nos transporta al placer de un Puig en estado puro sino que también corrobora el modelado transgenérico de toda su narrativa, un conjunto donde el melodrama es recreado y degustado pero también es un lugar esquivo al que es difícil llegar sólo con las palabras. La transición hacia el espectáculo de la narrativa de este volumen es una sinécdoque del provechoso y a veces tumultuoso intercambio de lo literario y lo fílmico en la obra de Puig. También es un recorrido por el itinerario del autor luego de dejar Buenos Aires, amenazado e intimidado. México y Brasil son escenarios y refugios, son ámbitos de placer y fatalidad, como ocurre en "El amuleto de la buena suerte", la historia del descubrimiento del deseo de la angustiada Frances en medio del peligro y la persecución. Así, las películas que no se filmaron o las obras de teatro que no se escribieron están en germen pero se agazapan en la escritura literaria, en la índole misma de estas breves narrativas; son los ojos del lector los que transforman estos textos de pasaje en relatos literarios.

Como se afirma en el prólogo, el material durmió muchos años en la casa materna de Puig. Después de la muerte del autor en 1990, en Cuernavaca, la editora lo ordenó y clasificó para reagruparlo en este género provisorio, en este estadio intermedio entre dos dimensiones narrativas. Algo del destino aciago del melodrama también se interpone entre estos proyectos y sus aspiraciones: varios no pudieron ser lo que pretendieron. Esa misma provisionalidad es la que les otorga enorme valor, la que los convierte en material digno de la prosa ya publicada de Manuel Puig, en textos de génesis o génesis de textos.

Lo mejor del universo de Puig está presente, quizá reducido pero contundente. Su visión del melodrama como macrogénero, como registro total que atraviesa distintos soportes, que estructura variadas narrativas, que transforma con imagen y espectáculo la literatura, se torna más esencial que nunca. Es motivo, destino y reflexión. Y se convierte en búsqueda, entre lo fragmentario y lo sintético: el género melodrama se percibe, en estos proyectos, con todos sus rostros y sus máscaras, descubierto en su condición de artificio, enriquecido por su voluntad de representar "la otra verdad de la vida".

Así como el melodrama se quita su antifaz, también lo hace la escritura: quizá como en ningún otro libro de Puig, en éste se puede palpar el decidido vórtice entre tiempo de ficción y experiencia vital, el encuentro ineludible entre lo que se relata, lo que se sueña, lo que se vive, en el contexto de un peregrinaje por escenarios reales y por escenografías de ficción. Incidentes de vida e incidentes de escritura que se confabulan para ofrecernos una vuelta de tuerca más sobre mujeres que sufren por amor, un amor siempre atenazado por la furtiva inseguridad, por el obstáculo fatal.

Cuentos y bosquejos a la vez, los textos de Un destino melodramático festejan la sutil convivencia de los géneros "menores" y "mayores", afirman el necesario vínculo de imaginación y libertad, así como la fluidez sin límites de una ficción que borra fronteras, hipocresías y prejuicios.