Barrio rojo 06 Nov 2024

De Judith Butler a Maurizio Lazzarato: siete libros sobre un tiempo de rupturas abruptas

Revista Ñ | Luis Diego Fernández

  • La agenda de discusiones globales es amplia, instala nuevas discusiones y profundiza las ya conocidas.

  • Feminismo, derechos, guerra, tecnología, placeres, entre otros, integran una lista prolífica.

 

Podemos observar durante el lustro 2019-2024 un conjunto de ideas que matrizan la filosofía de una actualidad erosionada por rupturas abruptas. En la segunda década del siglo XXI presenciamos una torsión que va de la mano de la erupción de la marea verde feminista, como pulsión vital y microrrevolucionaria de una multitud irrefrenable que tuvo picos de jacobinismo, hacia una pandemia inesperada que trastocó todas las variables socioeconómicas y fue el preludio de la reacción actual atravesada por la monopolización de los señores tecnofeudales, dueños del ágora digital, el auge de las nuevas derechas y la expansión del discurso neofascista. Siete libros operan como testimonios paradigmáticos de esta época sísmica y corrosiva del pensamiento.

[Extracto]

En cuarto lugar, resulta fascinante la posibilidad de pensar una izquierda desde un elemento tan espinoso para esta tradición como es el placer, por ello al leer Barrio rojo (El cuenco de plata, 2022) de Michaël Foessel asistimos al desafío de instalar al “placer” como el acontecimiento que carece de cuantificación y consigue movilizar el principio de realidad hacia un nuevo imaginario que nos permita diseñar otras formas de vida articuladas desde la afectación mutua. De alguna manera, es posible conectar la potencia feminista que se torna el torrente revolucionario de Gago con la posición de Foessel como una lectura propia del día posterior al momento de la denuncia de la violencia de género. El autor nos dice: “se puede abordar el #MeToo dentro de una dialéctica donde la fuerza de decir “no” a la violencia está íntimamente ligada a la existencia de decir “sí” al placer”. Foessel llama a construir una izquierda desde un placer igualitario y celebratorio, muy lejos del victimismo, que permita visualizar otra sensibilidad en este mundo.