Con un estilo lacerante e hipnótico el escritor argentino José María Gómez, regisseur egresado  del Instituto Superior del Teatro Colón, otrora profesor del Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla y director de cultura de la Facultad de Psicología  de la Universidad de Buenos Aires, ha escrito ya seis novelas, acumulando historias y premios desde la publicación de La Inevitabilidad de los Cuerpos, pasando por Los Putos. Primera Parte: El Comisario, La Anábasis, Los Marianitos. Una Novela Policial, La Fusión. Memorias de Oficina y El Cine de los Sábados. Mientras que La Anábasis fue finalista del Premio Clarín de Novela pero nunca fue publicada, Los Putos recibió el Primer Premio de Novela del Fondo Nacional de las Artes y fue publicada por el sello Mr del Grupo Editorial Planeta. Los Marianitos,por su parte, también fue publicada y obtuvo una mención especial en el Premio Internacional de Novela de Letra Sur, mientras que La Fusión recibió el Segundo Premio de Novela del Fondo Nacional de las Artes y fue editada por Interzona.

Tras la reedición de la primera novela, La Inevitabilidad de los Cuerpos (2016), Eldeseo Editorial decidió editar también su última novela, El Cine de los Sábados, una construcción poética sobre la vida de siete personajes que se entrecruzan alrededor de una sala de cine porno ubicada en la zona de Plaza Miserere, en Balvanera, todos los sábados por la noche. 

En esta sala de cine para adultos Gómez relaciona a un guerrillero, un paraguayo famoso por la verga, una mariquita peruana, un misterioso hombre de los servicios, un profesor de literatura, un drogadicto y un viejo en un cine donde concurren a satisfacer sus necesidades, hablar, drogarse o  descargarse en un espacio de comunicación sagrado y seguro. El autor de Los Marianitos. Una Novela Policial (El Cuenco del Plata, 2014) construye aquí una liturgia en la que los personajes se sumergen para contar sus historias, relatos de cómo llegaron hasta allí, largos, intrincados y dolorosos recorridos que los unen en un deseo desbordado, como víctimas que buscan redención en su inusual Iglesia.

Al igual que sus novelas anteriores, Gómez utiliza un lenguaje coloquial y desesperado, real, que expresa una cultura y una idiosincrasia, un contexto que se va construyendo para armar un panorama político sobre la persecución de la homosexualidad, tema tabú, solo posible de afrontar por una poética subjetiva como la del autor de La Fusión. Memorias de Oficina (Interzona, 2015).

En Los Marianitos. Una Novela Policial, un hombre que ingresa en la institución policial se encuentra precipitado en medio de un enfrentamiento entre diversos sectores que luchan por imponer su identidad y su fuerza para controlar la sexualidad y ejercer el poder sobre el cuerpo como territorio de deseos y de disputa por el poder. Con un estilo narrativo poético y feroz Gómez retrata una iniciación en la que la instrucción policial se asemeja a los principios religiosos, utilizando metáforas y metonimias para construir una alegoría litúrgica sobre el rol de la policía durante de la última dictadura militar. José María Gómez busca así dialogar, al igual que el escritor austriaco Peter Handke, con el lector desde la exposición del cuerpo propio al relato literario, estableciendo una mimesis entre la historia y el trauma desde la urgencia por narrar producto de una crisis en la que se desata una fantasía oscura al borde de la psicosis, donde se expresa una herida surgida de un enfrentamiento por la belleza. 

En La Fusión. Memorias de Oficina el narrador relata en primera persona los vaivenes de la rutina de una oficina en medio de una imprecisa fusión entre dos empresas. La incertidumbre alrededor de la posibilidad de la adquisición de una empresa nacional por parte de una corporación de capitales extranjeros desata una angustia velada que denota una escisión respecto de la vida y los deseos del protagonista. La fusión se las empresas funciona aquí como metáfora del deseo de una fusión de los cuerpos, que parecen insinuarse, pero que se acercan y se alejan como en un movimiento de sístole y diástole, develando un entramado de estrategias y ardides de los distintos personajes para posicionarse mejor dentro de la temida fusión corporativa y ante el dolor de la fisura de vivir incomunicados.

Con un estilo incisivo y sardónico Gómez narra en todas sus novelas los distintos grados de concupiscencia y lascivia con una sensualidad y un detallismo de gran intensidad y circunspecta resolución, pero también dando cuenta de la crueldad como exceso del goce unilateral, reflejando en los diálogos inconclusos que tienen sus personajes una visión histórica que remite al pasado reciente que acecha, realizando una operación literaria que le permite al lector colocarse en el rol de interlocutor de estos personajes cuya ansiedad remite a una historia traumática. Tanto en El Cine de los Sábados como en Los Marianitos, Gómez remite a la década del setenta, al Frente de Liberación Homosexual (FLH), que tuvo al poeta, escritor y militante LGBT Néstor Perlongher como uno de sus fundadores y principales referentes políticos e ideológicos, desde un lugar afligido, rescatando la resistencia, recordando con nostalgia y proponiendo ejes de interpretación sobre la lucha armada y la represión. 

De esta forma, la literatura de José María Gómez está atravesada principalmente por la cuestión del deseo, leitmotiv por antonomasia de su estilo de carácter poético frontal, que encara al lector para atraerlo a la trama desde un estilismo refinado que oscila entre párrafos de una ligera aspereza y oraciones de un sutil y pulido satinado que se mezclan para desbordarse alrededor de una herida social que marca la consolidación de la idea de crueldad ante la batalla interminable entre las fuerzas del orden y del caos como sello de toque de la identidad argentina.

El Cine de los Sábados, Eldeseo Editorial, 2017.

La Fusión. Memorias de Oficina, Interzona, 2015.

Los Marianitos. Una Novela Policial, El Cuenco de Plata, 2014.