Bresson por Bresson 19 Abr 2015
Milenio | México | José Luis Martínez
En el libro Bresson por Bresson. Entrevistas (1943-1983), publicado el año pasado por la editorial argentina El cuenco de plata, el cineasta comenta su deseo de filmar la pasión de Juan de Arco para hacer a ésta más cercana y real. "¿Por qué la siente interiormente cerca de nosotros?", le pregunta André Parinaud y él contesta: "Porque es joven. Sus imprudencias, su magnífica insolencia son las de la juventud de todos los tiempos". "¿En qué medida es moderna?", vuelve a inquirir el periodista y crítico de arte; la respuesta no deja lugar a dudas: "Vive como nosotros. Tiene esa sed de libertad e independencia que tienen las jóvenes de hoy".
Al azar, Balthazar es la historia de un burro de nombre bíblico —Balthazar— cuya mirada evidencia sus escasas alegrías y su enorme sufrimiento. "Este burro va a pasar de mano en mano y cada uno de sus amos representará un vicio de la humanidad —le explica el cineasta a François-Régis Bastide—. Y el burro va a sufrir, va a pastar de esos vicios de modo diferente, y finalmente va a morir por ellos".
Al azar, Balthazar, según Jean-Luc Godard: "Es un film terrible sobre el mundo y el mal en el mundo, y al mismo tiempo sentimos todo eso con una suerte de dulzura evangélica que es para mí extraordinario".
Al referirse a esta película, Marguerite Duras no escatimó elogios: "Lo que los hombres hicieron hasta ahora en poesía, en literatura, Bresson lo ha hecho con el cine. Podemos pensar que, hasta él, el cine era parasitario, procedía de otras artes. Y con él hemos entrado en el cine puro. Y de un solo golpe", comentó la autora de El amante.
En estos tiempos de ruido incesante, de palabras vanas, de búsqueda demencial de poder, fama y dinero, es bueno volver la vista a hombres como Robert Bresson, quien amaba el silencio y las cosas simples y defendía el cinematógrafo de la banalidad impuesta por los productores y los grandes estudios, por el mercado siempre insaciable.
Queridos cinco lectores, desde la Bahía de Santa Lucía, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.