Lo íntimo 02 Sep 2016

En el interior de lo privado

Revista Ñ | Sara Cohen

Ensayo. El más oriental de los pensadores franceses presenta un estudio sobre lo íntimo que lleva de subtítulo “Lejos del ruidoso amor”.

 

En el prefacio a su nuevo libro, François Jullien nos advierte que un ensayo se escribe por necesidad, y que al intentar abordar lo que llama el recurso de “lo íntimo” en disidencia con el tema de “el amor”, gran mito de Occidente, considera que abre una vía que puede proporcionar nuevos bríos al pensamiento europeo.

El filósofo ha elegido un recorrido entre culturas y entre lenguas, entre China y Grecia, y optó por mirar desde afuera Occidente, realizando un rodeo por China para volver sobre la filosofía europea y reabrir el pensamiento acerca de la moral. Ir para volver, por decirlo así, ha sido su modo de volver a interrogar el pensamiento. El autor de Nutrir la vida ha expresado que lo que le interesa es tener una estrategia con aquello que se resiste a la filosofía, que es lo impensado, por lo tanto refiere su pasada por China como una estrategia ubicua.

Jullien diferencia en principio lo íntimo de interioridad y de subjetividad. Lo íntimo designa al mismo tiempo el retiro y el compartir. El retiro en lo interior de uno mismo desemboca en la relación con el Otro, y también la apertura al Otro permite que se descubra algo más interior en uno. La profundización de lo íntimo es posible en tanto se accede al Afuera de mí. Este encuentro con el Otro revela la infinitud de un “sí mismo” que se despoja de sí. No es regido por finalidad alguna y podría producir una revolución en la vida que haga surgir un recurso infinito en ese nosotros compartido. Jullien ubica lo íntimo como una experiencia que hace mutar la existencia. Y a diferencia del amor equívoco en la encrucijada entre Eros y Ágape, lo íntimo es ambiguo, en tanto no se puede distinguir lo sensual de lo espiritual. La condición de posibilidad de lo íntimo se debe simplemente a que se esté el uno junto al otro, sin intención sobre el otro.

Para el filósofo lo íntimo abre la puerta para pensar la moral ya no en términos de reglas –no se puede prescribir lo íntimo–, sino como un efecto de apertura que reduce la frontera entre dos seres y responde a ese interior compartido.

Ingresar en lo íntimo es renunciar a objetivos con respecto al otro, despojarse de estrategias. El autor subraya que el gesto íntimo es “inaudito”, y se refiere a Lucien Leuwen de Stendhal, en tanto entiende que las novelas son privilegiadas para pensar la experiencia. Se detiene en San Agustín y el cristianismo, en Rousseau, y hace una alusión infaltable a “lo éxtimo”, que vuelve a introducir la exterioridad dentro de lo íntimo para ponerse a su servicio.

Jullien aclara que si bien se le debe a Lacan el concepto de éxtimo, él no lo usa como el psicoanalista utilizó.

Lo íntimo parece hablar de algo de la experiencia que conocemos bien pero acerca de lo cual no pensamos.