Diario 29 Jul 2017

De puño y letra, el diario de un forastero

La Nación | Víctor Hugo Ghitta

 

Es hermoso, desconcertante, loco e intolerable. Lo señaló E. M. Cioran acerca del modo en que el polaco Witold Gombrowicz escribió sobre Dante, pero pudo haberlo dicho sobre muchos otros momentos de su obra. Gombrowicz, una de las voces más personales de las vanguardias europeas del siglo pasado, mantuvo una relación muy especial con la Argentina, adonde llegó por azar y se quedó durante 24 años. Por eso su Diario (1953-1969), que ahora reedita El Cuenco de Plata, incluye fragmentos de su experiencia como forastero en nuestro país (la extranjería y el exilio asoman como temas frecuentes en sus novelas), además de observaciones siempre agudas y originales sobre Polonia, la noción de patria, las artes o la literatura.

Escritas para la revista Kultura, dedicada a los polacos que vivían en París, estas piezas se completan con Kronos, el diario íntimo que llevó Gombrowicz y que contiene abundantes anotaciones sobre su vida sexual, y también con una parte de su creación artística ( FerdydurkeTransatlánticoBacacay), que incluye bocetos de ese poderoso autorretrato.