Yo fui un porno star 30 Ago 2007

Informar y contar

Revista Noticias | Elvio Gandolfo

 

Cuando Emilio Fernández Cicco, a quien conozco desde hace unos cuantos años, empezó a firmar sintéticamente Cicco, temí que se dedicara al Periodismo Mafioso. Bastaba observarlo con atención para ver que en la muñeca (¿izquierda?) tenía un tatuaje con un puñal y la palabra "gonzo". ¿Era por lo tanto un seguidor de Hunter Thompson? Por mi parte podría ejercer el Periodismo Sincero y empezar diciendo que somos buenos amigos, y que lo he visto ejercer su papel de padre con una mezcla de rigor y solícita devoción con su hija Rosario, nombre que desde el vamos me la hizo simpática. 

De Hemingway a Rodolfo Walsh, de María Moreno a Leila Guerriero, de Arthur Londres a Jack London, el mejor periodismo siempre mezcló la información con el relato, los datos con el estilo. La fórmula que inventó Cicco se denomina "periodismo border", y basta dirigirse a las últimas páginas del libro que recoge sus mejores ejemplos para enterarse de qué se trata. Sintetizando mucho pueden citarse sus siete principios: 1) Viva la nota; 2) La técnica serial killer; 3) Cruce al humor; 4) Animalización y asesinato del personaje; 5) Sentido de no pertenencia; 6) La simulación idiota; 7) La mirada en doble sentido y la puesta en escena.

Cuando explica esos principios Cicco muestra cierto fastidio con las limitaciones del periodismo normal, o "viejo nuevo periodismo". Por eso decide burlarse de muchos de sus basamentos. Pero da unas cuantas vueltas y al final termina informando, con muy buen estilo. Por suerte siempre parece al borde de la caída, el desfasaje o el chiste malo, pero se recobra en el último segundo. Y cuando es bueno, es el mejor.

Entre los textos memorables del volumen se cuentan un par de notas policiales atroces: "La banda de la abuela" y "La cruz de los Malencini", donde entrevista al hermano (y el hijo del hermano) de un abusador sexual, con rendimiento tope. O el reportaje a Bucay, quien antes de su plagio (que tomó con gran calma) era un amenazante invitador al pugilato. O el perfil de Damián Szifron, a quien deja pegado simplemente narrando sus costumbres menores. Capítulo aparte son las tres conmovidas y eficaces necrológicas de Hunter Thompson (un maestro), Juan Jacobo Bajarlía (un amigo) y Nicolino Locche (un auténtico mito del Esquive Metafísico).

La primera página anuncia que Cicco se irá a vivir a un pueblo costero del Uruguay y escribirá sobre "la vida auténtica" (como se ve, mucho "porno star", pero en el fondo el hombre es un romántico). ¿Qué será lo que viene? ¿Periodismo Playero?