Michel Foucault 01 Nov 2022

El camino del filósofo

Revista Metacultura | Martin Chivarino

Michel Foucault, de Didier Eribon

 

Después de casi diez años de espera, la editorial independiente argentina El Cuenco de Plata ha publicado la reedición corregida y aumentada de la elogiada biografía del célebre filósofo francés Michel Foucault, escrita por el también filósofo e historiador galo Didier Eribon, quien se adentra en los pormenores de la vida y la obra del autor de Las Palabras y las Cosas (Les Mots et les Choses, 1966) retomando la estructura de la versión original publicada en 1989, a tan solo cinco años de la muerte de Foucault, y reeditada en 1991 con varios anexos, única versión en español hasta ahora, para reescribirla veinte años después a la luz de nuevos documentos, testimonios e información recabada a lo largo del tiempo, libro a su vez editado en francés en 2011 aunque recién traducido nueve años luego al castellano por Silvio Mattoni.

Tan solo cinco años luego de la publicación en francés de la primera versión de esta mítica biografía sobre uno de los principales filósofos franceses del Siglo XX, Eribon retomaba el pensamiento de Foucault para analizar su influencia en los filósofos y pensadores de su época en Michel Foucault y sus Contemporáneos (Michel Foucault et ses Contemporains, 1994), donde analizaba la retroalimentación que Foucault entabló con Georges Dumézil, Jean-Paul Sartre, Roland Barthes, Jürgen Habermas, Louis Althusser y Jacques Lacan, entre otros. Las investigaciones para ese texto fueron el punto de partida para la reescritura de la biografía de Foucault a la luz de nuevos descubrimientos, lo que se aprecia en varios capítulos que no alteran la organización original.

Didier Eribon emprende una obra para muchos considerada imposible, el intentar abarcar los vaivenes del pensamiento del autor de La Arqueología del Saber (L’Archéologie du Savoir, 1969) contrastándolo con las experiencias que dispararon y condujeron las investigaciones que conformaron el corpus intelectual y académico de uno de los filósofos más notables e influyentes. En este sentido, Eribon destaca la dificultad de plasmar una biografía sobre un autor del que prácticamente no hay información antes de la década del sesenta y sobre el que existe un exceso de material sobre el cual trabajar a partir de ese punto, momento en el que se convierte en un personaje público y que coincide con las clases en el Collège de France, la publicación de los libros, la militancia y los viajes, actividades que se superponen y se enmarañan con una diligencia febril.

A lo largo de las partes que componen la biografía de Michel Foucault, Didier Eribon da cuenta del contexto en el que se desarrollaron las investigaciones que condujeron al análisis de las instituciones sobre la clínica y la locura en La Historia de la Locura en la Época Clásica (Folie et Déraison: Histoire de la Folie à l’âge Classique, 1961) y El Nacimiento de la Clínica: Una Arqueología de la Mirada Médica (Naissance de la Clinique: Une Archéologie du Regard Médical, 1963), para luego analizar el estudio epistemológico de la discursividad moderna en Las Palabras y Las Cosas y La Arqueología del Saber, posteriormente virar hacia el análisis de las instituciones y las técnicas del entramado del saber y el poder sobre los cuerpos en Vigilar y Castigar (Surveiller et Punir, 1975), y finalmente sorprender a todo el ámbito filosófico con sus tesis sobre el sujeto, las tecnologías del yo, los regímenes de verdad y la relación de los cuerpos y la sexualidad con el poder en una obra inconclusa, Historia de la Sexualidad (Histoire de la Sexualité), cuyo último tomo, Las Confesiones de la Carne (Les Aveux de la Chair, 2018), fue publicado recientemente. El panegírico también indaga en la relación de Foucault con algunos de los pensadores más importantes del Siglo XX, como su amistad con sus maestros Georges Dumézil, Georges Canguilhem y Roger Callois, sus coincidencias y disputas con sus colegas Roland Barthes, Jacques Derrida, Gilles Deleuze, Louis Althusser y Pierre Bourdieu, y la amistad que lo unió a Yves Montand, Simone Signoret, Claude Mauriac, Paul Veyne y Pierre Boulez, asiduos de los círculos culturales e intelectuales de Francia. El autor de las entrevistas a Claude Lévi-Strauss, Conversaciones con Claude Lévi-Strauss (Conversations with Claude Lévi-Strauss, 1969), también destaca la fuerza de la prosa delicada de Foucault, pulida con esmero, candente y urgente a la vez, que pasa de la lógica clínica a debatir sobre las contradicciones entre la libertad y la disciplina, y de ahí a convertirse en un icono intelectual por su pasión y compromiso para a posteriori dar un giro teórico que pone en crisis su visión del saber y la difusión del conocimiento fuera y dentro del ámbito académico.

Eribon reconstruye la influencia del pensamiento, las ideas y el estilo de Pierre Klossowski, Georges Bataille y Friedrich Nietzsche sobre las investigaciones de Michel Foucault, así como explora su breve apoyo al Partido Comunista Francés para luego convertirse en detractor del marxismo, abrazando el estructuralismo, y también abandonarlo y mutar en un crítico furibundo de todas las instituciones y especialmente del aparato jurídico. En este sentido, Eribon destaca el camino recorrido por Foucault desde sus primeros cuestionamientos a la pretensión de verdad de los discursos científicos hasta el surgimiento del hombre como objeto del saber en Las Palabras y las Cosas, texto de inesperado éxito que generó furor incluso por fuera de los círculos académicos y produjo una polémica instantánea con los marxistas franceses, siendo considerado una afrenta a la Crítica de la Razón Dialéctica (Critique de la Raison Dialectique, 1960), de Jean-Paul Sartre, y a la fenomenología de Maurice Merleau-Ponty.

En las páginas de este libro se pueden encontrar cuestiones que marcaron y recorrieron todo el pensamiento filosófico y cultural de la década del setenta, las críticas de Foucault al psicoanálisis lacaniano, las reflexiones sobre el sistema penal y jurídico, las polémicas con los maoístas respecto de la justicia popular, su obsesión por configurar una visión propia a partir de los libros históricos, rompiendo con gran parte del pensamiento histórico filosófico, y sus coincidencias con Gilles Deleuze sobre el rol del intelectual específico que discurre sobre temas concretos, figura que se contrapone con el intelectual total, cuya categoría subsume a Jean-Paul Sartre, filósofo con el que Foucault se encontrará en muchas oportunidades debido a las cruzadas militantes de ambos. Eribon descubre en esta biografía al Foucault académico, que participa activamente en la vida del Collège de France, pero también el incansable activista, involucrado en diversas luchas contra las instituciones, haciendo hincapié en los pormenores de la creación del Grupo de Información de las Prisiones, una comisión que investigó sobre el estado de las cárceles en Francia a partir del discurso de los propios prisioneros. En esta investigación Foucault encontró el material que le permitió sacar las conclusiones de Vigilar y Castigar, texto publicado en 1975, de gran popularidad, que ofrece a través del panóptico una de las imágenes más conocidas de la vigilancia del poder. Pero también Foucault será uno de los grandes fustigadores de las políticas represivas de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas tras la publicación de Archipiélago Gulag (1973) de Aleksandr Solzhenitsyn, texto aparecido en Francia en 1974 que rompería el romance de los intelectuales galos con el comunismo.

 

El libro también reconstruye el paso de Foucault por Túnez, donde abrazó su condición de intelectual militante y comprometido con las causas sociales tras experimentar de primera mano las protestas y la represión, para regresar luego a Francia con su nombramiento al frente del Curso de Sistemas del Pensamiento del Collège de France. La cobertura de la Revolución Iraní para un periódico italiano tiene un lugar preponderante, dado que Foucault se interesó mucho en este tema, al igual que la dura crítica a la posición del gobierno del presidente socialista François Mitterrand sobre la represión en Polonia y antes por el silencio del Estado Francés ante las barbaridades perpetradas por la dictadura española. Eribon señala en muchos pasajes la relación entre el descubrimiento de la sexualidad del filósofo y sus investigaciones, al igual que destaca ese entusiasmo inicial por la preparación de las clases en el Collège de France que luego se transforma en agotamiento a fines de la década del setenta, lo que no le permitirá retomar la Historia de la Sexualidad, textos que serán abordados recién en la década del ochenta, reescritos, repensados y reestructurados en base a las nuevas líneas de pensamiento sobre el sujeto y la verdad como centros de las disputas de las formaciones discursivas del sistema de poder-saber-placer.

 

La reedición de Michel Foucault, de Didier Eribon, revisa y expande principalmente el último capítulo sobre la enfermedad y la muerte del filósofo francés a la luz de la información surgida después de la publicación de la edición aumentada de 1991, y también incluye información sobre las investigaciones realizadas para las publicaciones de la Historia de la Sexualidad, último giro teórico del autor de Esto no es una Pipa (Ceci n’est pas une Pipe, 1973) que implicó una genealogía inédita sobre el concepto de sujeto en la historia.

 

Michel Foucault fue publicado en Argentina por la editorial El Cuenco de Plata en su colección Registros con una cuidada traducción de Silvio Mattoni que revisa la traducción anterior de Thomas Kauf para la edición de Anagrama de principios de la década del noventa, corrigiendo la construcción de algunos párrafos demasiado rebuscados y los diversos errores, a la vez que traduce muchos títulos de la bibliografía de Foucault que Kauf había dejado en su francés original e incorpora algunos modismos a un castellano rioplatense más neutro que la versión española de Anagrama. La nueva edición incluye un prólogo del autor a la tercera edición del 2011, pasajes de correspondencias, la ampliación de sus disputas con Gilles Deleuze y Jacques Derrida, un testimonio de Louis Althusser sacado de su autobiografía póstuma y un texto de Pierre Bourdieu sobre Foucault, que se añaden al resto de los anexos de la publicación de Anagrama, el informe de Georges Canguilhem sobre el manuscrito de Historia de la Locura presentando por Foucault para la impresión de la tesis del Doctorado en Letras, el proyecto presentado por Foucault para su candidatura al Collège de France, y dos actas de esa institución sobre su aceptación, en una gran edición que permite adentrarse en el pensamiento aún vigente de Michel Foucault en el contexto de su vida y sus experiencias.

 

Como Eribon señala, Foucault siempre fue un filósofo heteróclito, que sostenía que sus libros eran cajas de herramientas para explorar la realidad, que se alarmaba pensando que en nuestra sociedad el arte estaba reservado para los objetos y no para las personas, que vivió lo que predicaba en una época militante y que polemizó a través de sus teorías y sus acciones con las instituciones, replanteando tanto la relación entre el sujeto y el poder como las estrategias y tácticas de resistencia ante el mismo para pensar a contrapelo, una actividad valiente que lo encumbró como un verdadero intelectual comprometido que miraba el pasado para entender el presente y así vislumbrar un atisbo del futuro.