Des-coincidencia | Una segunda vida 27 Mar 2022

Reseñas de “Una segunda vida” y “Des-coincidencia”, de François Jullien: ruptura suave

La Voz del Interior | Javier Mattio

“Una segunda vida” y “Des-coincidencia” continúan el proyecto de François Jullien de orientalizar las dogmas del pensamiento occidental.

 

En varias decenas de libros, François Jullien (Francia, 1951) ha acercado pensamiento occidental y oriental disolviendo la drasticidad de la razón con pliegues, desvíos y difuminaciones de lápiz claro.

Sinólogo y académico destacado de su país, Jullien supone un contrapunto al fenómeno Byung Chul-Han: allí donde el filósofo surcoreano instalado en Berlín hace de la síntesis zen un camuflado efectismo que dicta lo que todos quieren escuchar, Jullien –europeo lanzado al estudio simbiótico de China– desactiva la sentencia fulminante con meditaciones de sentido abierto.

Su método obedece a un destilado, al despliegue de un friso tenue que sin embargo propone un entramado de temáticas ambicioso.

El arte, la ética, el amor, el psicoanálisis o la religión han sido abordados por el intelectual en un abanico de superposiciones del que viene dando cuenta de manera ininterrumpida El Cuenco de Plata –con traducciones de Silvio Mattoni–. Una segunda vida y Des-coincidencia constituyen las últimas entregas de ese rompecabezas en armado, ambos ilustrativos de la lógica inmanente que cultiva Jullien.

 Una segunda vida busca establecer una diferencia o alteridad vital -un despertar a la existencia- que no se entregue a la facilidad conceptual del corte. Esa “segunda vida” –en la que finalmente se elige cómo vivir– viene dada por un decantar de la conciencia emergido del propio seno de la vida acumulada hasta entonces.

El sujeto reformado se arroja así a una libertad exterior que lo saca de la clausura del yo y le permite retomar su vida con una mayor radicalidad (“se propone comenzar mejor, intentar y arriesgar mejor, de manera más decidida”, escribe Jullien). Lejos de acceder a una sabiduría o verdad de cuño tradicional, se promueve un estado lúcido y alerta capaz de mantener a raya adherencias y comodidades por medio del desengaño.

Des-coincidencia: de dónde vienen el arte y la existencia ahonda en la matriz procesual equiparando la “segunda vida” al paso del clasicismo a la modernidad. Si esa etapa histórica es vista usualmente como una ruptura, un barajar y dar de nuevo ejemplificado en las obras artísticas de Picasso o Mallarmé, Jullien recurre a la noción de descoincidencia (una disidencia interna antes que un abismo) para repensarla.

El corolario es un continuum sin inicios ni dualidades, un devenir negativo de resonancia ética. La modernidad sitúa al juego por sobre todo fundamento a la vez que promociona un progreso múltiple y no lineal: el ser deja paso al vivir.