Lynch por Lynch 12 Jun 2017

Al encuentro del doble

La Nación | Diana Fernández Irusta

 

"Hay algo bueno en el cielo azul y las flores, pero otra fuerza -un dolor salvaje, un deterioro- también lo acompaña todo", le dice el cineasta David Lynch a Chris Rodley en el libro de entrevistas Lynch por Lynch, editado por El Cuenco de Plata. Un dolor salvaje, un deterioro: no es precisamente la ferocidad o el destrozo lo que gobierna esta imagen. Y sin embargo, en un punto tan indescifrable como el universo ominoso donde tan bien sabe bucear David Lynch, algo de ese orden aflora. Un hombre de traje, gorro y maletín apura el paso en algún lugar de la ciudad de Tokio. Ese mismo hombre avanza-de un modo que sólo el fotógrafo pudo observar- al encuentro de un doble estremecido y difuso. Hay algo de perversa simetría, de enigmático juego de espejos en su hallazgo: el susurro del deterioro. La intuición de que, aun tras el espacio más bello o la composición más depurada, el dolor salvaje del mundo sigue latiendo.