Zoo 14 Jun 2012

Darrieusseq en su novela "Zoo" pone el acento en la extrañeza

Télam | Pablo Chacón

 

En "Zoo", la francesa Marie Darrieussecq reúne textos escritos durante los últimos veinte años, poniendo el acento en la extrañeza -atracción, repulsión- que produce el encuentro entre dos seres, y ajustando esa característica cuando el encuentro se produce entre dos seres humanos, camuflados en este caso como especies diferentes.

El libro, publicado por El Cuenco de Plata, le devuelve a los lectores argentinos la posibilidad de volver sobre textos de la autora que saltó a la fama en 1996 con su primera novela, "Chanchadas", en la cual una empleada de perfumería se convierte paulatinamente en una cerda.

En los cuentos de "Zoo", la escritora retoma la idea de cierta continuidad entre los humanos y los animales.

Darrieussecq nació en Bayona en 1969. Estudió en la Escuela Normal Superior y obtuvo una matrícula en Letras. "Chanchadas" llamó la atención hasta del cineasta suizo Jean-Luc Godard, que compró sus derechos para adaptar la novela (que vendió más de 300 mil ejemplares).

Publicó, entre otros libros, "L`autofiction, un genre pas sérieux", "El nacimiento de los fantasmas", "Respirando bajo el agua", "El bebé", "Tom ha muerto", "Tristes Pontiques" y "Cleves".

"Chanchadas" fue escrita cuando los estudiantes franceses provocaron un caos en el país a causa de los recortes presupuestarios en la educación, y en el momento que la figura de Jean-Marie Le Pen, el líder de la ultraderecha gala, dejaba de ser una promesa para convertirse (para algunos) en una opción electoral y para otros en un peligro cívico.

Sin embargo, Darrieussecq, en un reportaje desmintió cualquier deseo de denuncia: "Mi única intención de denuncia, si es que existe en mi novela, es contra los tópicos, los prejuicios, las perogrulladas. Contra ese pensamiento que distingue entre lo que es limpio y lo que es sucio", dijo.

Y agregó: "Porque las ideologías que intentan separar (lo que es limpio y lo que es sucio) siempre son peligrosas. Por ejemplo, mi protagonista pese a que aparece como sucia por fuera está muy limpia por dentro".

En "Zoo" aparece un abanico de animales, poco sociales o huraños (para una mirada humana) pero que comparten el hecho de ser elegidos para retratar, muchas veces, a la indocilidad femenina. "Me gustaría acostarme con una mujer; todavía no lo hice", dijo hace unos meses cuando el libro se presentó en París.

"¿Por qué una chancha? Creo sin temor a equivocarme que exceptuando ¿cómo estás?, es la pregunta que más me han formulado desde la publicación de `Chanchadas`".

¿Y existe alguna respuesta? "En realidad no tengo ninguna precisa sino meras aproximaciones estadísticas. A menudo comprobamos que a las mujeres se las trata mucho más como chanchas que como yeguas, vacas, monas, víboras o tigresas".

Y "más aún que como jirafas, sanguijuelas, babosas o tarántulas; y mucho más aún que como ciempiés, rinoceronte hembra o koala". "Atea, feminista, europea", dos matrimonios, una hija, aficionada a las ciencias de la naturaleza y a la astronomía, su libro está poblado de rondadoras, playas vacías, hombres con miedo, vida en familia, clones, yernos ideales (de esos que desean pero no más), solteros por elección y por timidez, y solterones.

Su escritura ha sido comparada con Kafka (como si el checo fuera un escritor de alegorías) y con el Georges Orwell de "Rebelión en la granja". Ella no desmiente nada. Elogia la novela "Tenemos que hablar de Kevin" y cree que Tilda Swinton es una actriz excepcional.

"Orwell no, Kafka. No hay que olvidarse que la cultura general de la gente es más bien escasa", dice, antes de cambiar de tema y contar que ama los lugares amplios, las explanadas desiertas barridas por el viento que la trajeron incluso hasta la Patagonia. "El escritor es un exiliado eterno". Eso dice la escritora que piensa la diferencia en clave menos dramática de lo que aparenta.