Marqués de Sade
(París, 1740 - Charenton, 1814) nació en el seno de una familia aristócrata. En 1768 se convirtió ya en leyenda por sus escandalosas y truculentas fiestas en el tristemente célebre castillo de Arcueil. Le tocó en suerte vivir una época de cambios radicales en la Francia de la Revolución y del Terror, aunque pasó la mayor parte de su existencia recluido en cárceles y manicomios. Todas sus obras están impregnadas de una filosofía libertina que propugna la libertad absoluta, al margen de cualquier religión, ley o moral. Algunas de sus obras: La filosofía en el tocador, Las 120 jornadas de Sodoma, Justine o Los infortunios de la virtud y Juliette o Las prosperidades del vicio.